Antes de analizar la preeminencia de los paneles solares fotovoltaicos con respecto a los térmicos, conviene distinguir las diferencias entre ambas energías renovables.
Fotovoltaica vs térmica
La energía solar fotovoltaica es la utilizada para producir energía eléctrica gracias a los paneles fotovoltaicos que transforman la radiación solar en energía que puede ser utilizada para el autoconsumo.
En cambio, la energía solar térmica es la que utiliza la energía procedente del sol para calentar el agua, la cual podemos utilizar para diversos menesteres como la cocina, la calefacción o el aseo. Su fin se limita al uso higiénico y residencial.
Invertir en ventajas
Las ventajas de la energía solar fotovoltaica es que puede utilizarse para todo pues su fin consiste en generar electricidad y no solo en calentar agua. Evidentemente, la energía solar fotovoltaica es el futuro, un nuevo horizonte que ya está prácticamente entre nosotros y que terminará imponiéndose en casi todas las viviendas y empresas pues se trata de una energía 100% gratis que permite el autoconsumo una vez que se ha invertido previamente en la instalación del panel.
En este sentido, todavía hay detractores de este sistema de autoconsumo debido al alto precio que hay que invertir para acometer su instalación, pero ya existen subvenciones para el autoconsumo en todas las Comunidades Autónomas que ayudan económicamente a su instalación a cualquier consumidor que desee implantarla en su vivienda o su empresa.
Cierto es que una instalación fotovoltaica obliga a una inversión cuyo periodo de amortización oscila entre 5 y 8 años, pero a la larga merece la pena, y más con los precios prohibitivos que se están pagando a la compañías eléctricas en estos tiempos.
Más allá de los beneficios a medio plazo para el bolsillo, también hay que mirar por el planeta y conviene señalar que es una energía inagotable, renovable al cien por cien y anticontaminante ya que no emite gases de efecto invernadero ni ningún tipo de contaminante.